Dale al "play" mientras lees...
Hoy me apetece empezar a contaros conciertos producidos por Lunallena, pero no actuales, como hasta ahora, sino de hace algún tiempo, cuando este blog todavía no existía. Conciertos que por una u otra razón son especiales y han supuesto algo importante en la vida de esta pequeña agencia. Y voy a empezar por el principio...
En el verano de 2.003, en Villanueva de Gállego (Zaragoza) se ponía la primera piedra de lo que hoy ya es un festival consolidado (y espero que lo siga siendo durante mucho tiempo): el "Villanueva A.P.T.C.". La idea era hacer un festival en el Parque, con varias actuaciones de grupos menos conocidos, tanto de música, como de teatro, danza..., reunir también a artesanos, tatuadores, etc, y terminar con un concierto de un grupo "grande". Yo, por muchas razones, tengo a Los Secretos como uno de mis grupos preferidos de toda la vida. Me declaro admirador absoluto sobre todo de Álvaro Urquijo, por delante del malogrado Enrique. Ya sé que es ir un poco contracorriente. Los seguidores les tenía (y les tiene) Enrique, y Álvaro (como Javier en su momento) era "sólo su hermano". Vale, admito que Enrique, con su aspecto de "chico fatal" quizá tenía éso que tienen los genios que nadie sabe lo que es, pero que es lo único importante para hacer de una canción una obra de arte. Y éso, con todos mis respetos, no es un mérito. Estás tocado con la varita mágica y el delito hubiera sido no mostrar ese don y no dejar un legado así para que lo disfrutemos los demás. Pero Álvaro para mí es el tesón, la constancia, el trabajo. Álvaro es el que tuvo huevos para no venirse abajo cuando lo de Enrique y continuar adelante con el grupo, cuando quizá era él sólo el que creía que era una buena idea. Es posible que no sea tan brillante como su hermano, pero para mi gusto canta cada día mejor, es un buen compositor y un guitarrista correcto que sabe hasta donde puede llegar y a partir de dónde hay que dejar solo al otro (a Ramón, el del flequillo). Lo más importante en esta vida es conocerse a sí mismo y saber dónde están tus límites, y me da la impresión de que él lo sabe, y explota al máximo sus virtudes, que no son pocas.