jueves, 11 de noviembre de 2010

QUIQUE GONZÁLEZ Y ANDRÉS SUAREZ

Empezó A Cántaros y no lo podía hacer mejor ni en mejor sitio. El Teatro Principal de Zaragoza es un lugar mágico, ya seas público o artista, y Quique González estuvo inconmensurable. No voy a hacer una crónica del concierto, porque otros lo hacen mucho mejor, como mi amigo Rafa Angulo. Sólo os voy a decir que me encantó, como creo que le encantó a la totalidad del público que abarrotaba el Teatro (ni una sola butaca libre, todo vendido), y que sé que a Quique le encantó, porque me lo dijo después varias veces.

Antes, Andrés Suárez (el Pelos, como le llama una amiga mía) había dado la bienvenida al público en el hall del Teatro, tocando en un rincón. Lo que pensábamos iba a ser un desbarajuste, con todo el público de una lado a otro, buscando a las personas con las que habían quedado, dejando el abrigo en el ropero, subiendo a buscar la puerta de acceso a su localidad, acabó siendo un miniconcierto estupendo. La gente escuchaba en silencio, entraban como si lo hicieran en misa, en silencio, sin hacer ruido. De hecho, tuvimos que cortar a Andrés unos minutos antes de lo previsto para que después no entrara todo el mundo en tropel.

La tarde transcurrió tranquila. A las 4, todo el mundo puntual: personal del teatro, producción, carga y descarga, técnicos... Allí estábamos todos. Pocos minutos después llegaba el camión con el equipo y el backline de Quique, y la furgoneta con sus técnicos. ¡Todos a trabajar!. El acceso es impecable: ni un escalón y menos de 5 mts desde el camión hasta el escenario, por lo que en nada está todo el material sobre el escenario. Así da gusto...

A las 6 y media el catering preparado, a las 7 llega Quique con sus músicos, empiezan a probar y a las 8 todo el mundo a los camerinos a esperar el momento de empezar.

Esta es la imagen del teatro justo antes de empezar (maravillosa foto de Gustaff Choos)

Y ésta justo antes de que la banda abandonara el escenario, despidiéndose del público:



Impresionante, no me digáis que no. Un concierto inolvidable. No hay más que ver cómo estaba la gente.

Después Quique atendió con paciencia y mucho cariño a todas las personas que quisieron hacerse una foto, que le firmaran un disco o un autógrafo.

Al día siguiente, día 10, le toca el turno a Andrés Suárez, que le toca lidiar en un lugar nuevo para mí, y maravilloso: La Bóveda del Albergue. ¡Qué lugar más estupendo para escuchar un concierto tranquilo e íntimo! Andrés se salió. Era sólo la segunda vez que venía a Zaragoza y sin embargo ya tuvo una buena cantidad de público, lo cual en una ciudad como ésta, en un lugar como La Bóveda, todavía "novato" en lo que a tradición de conciertos se refiere, un miércoles, tiene mucho mérito. Andrés a buen seguro seguirá viniendo y ganando poco a poco público zaragozano.


Llega un fin de semana intenso, con los conciertos del Chivi y de Joaquín Carbonell, que os contaré en otro momento.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Andres Suarez, el Pelos, por supuesto :)